el camino de la felicidad empieza aquí

lunes, octubre 02, 2006

¿Por qué escribimos?

¿Por qué escribimos?.¿Qué nos impulsa a contar historias,las nuestras o las ajenas?.
Nunca me he hecho esta pregunta,me la hago ahora y la respuesta es que me gusta.Siempre me ha gustado y recuerdo el momento en que comencé a hacerlo....fué un diário....
Tenía once años y la idea me rondaba por la cabeza hacía tiempo.Un día me compré un cuaderno y comencé.
No sabía que tenia que escribir ni comopor lo que empecé a escribir las cosas que me pasaban por la cabeza,perdón,por el corazón,por aquella época yo escribía con el corazón.
Alguien me dijo que las personas que escribían un diario era por que se sentían solas,no lo sé,yo escribía por que me gustaba,ese alguien era mi padre.
Diez años después,abrí los ojos y me acordé de mi querido diario, llevaba varios meses sin escribir nada, ni tan siquiera me había acordado de él.Comenzó entonces una febril actividad escritora...que tan solo me duró una semana.Esta vez sí.Esta vez escribía todo lo que se me pasaba por la cabeza,ese fué el fin del mi diario.

¿Por qué escribía?.¿Por qué deje de escribir?.Me acordé de las palabras de mi padre y miré a mi alrededor,estaba en la universidad y tenía muchos amigos,los demás,los anteriores,los del colegio,el instituto,los que estaban cuando yo escribía habían desaparecido sin dejar rastro,tal vez nunca existieron.
Hable con ellos,con los de ahora,les comenté lo que sucedía y les prometí que ellos no desaparecerían nunca,quería conservarlos.
Solo lo cumplí en parte,los de aquí,los de Santander,han permanecido,no son muchos pero están cerca,este año he ido a las bodas de dos de ellos,uno en mayo y los otros ahora en Septiembre,son pocos pero están cerca.El resto....se han perdido un poco.He empezado a llamarlos y por eso me he enterado de que una amiga ha estado enferma los últimos dos años,justo el tiempo que llevo sin hablar con ella y no me hubiera enterado si no la llamo (me lo contó ella misma).
Ahora vuelvo a escribir un diario,éste,el otro ha perdido muchas páginas y solo espero el momento de que desaparezca del todo.

domingo, septiembre 24, 2006

¿Soledad?

¿Por qué nos sentimos tan solos?.Tenemos a nuestros familiares,a los compañeros de trabajo,de clase,a los amigos....y las nuevas tecnologías,teléfono,internet...entonces ¿por qué nos sentimos tan solos?.
No alcanzo a entenderlo.Yo tengo todo lo que acabo de nombrar y aún así me encuentro más solo de lo quisiera.Me encuentro mendigando a cada instante un poco de compañía.
No sé por qué la soledad me ha atacado tanto en este momento de mi vida.He estado solo toda mi vida y no me había percatado de ello,no me daba cuenta,era feliz en ese estado de adormecimiento donde lo único que existía era yo y no era por que no quisiera dejar entrar a nadie en mi mundo,era porque nadie quería entrar y yo no los echaba de menos.
Ahora de repente me encuentro con unas ganas enormes de llenar mi mundo de gente y me siento impotente para conseguirlo,me puede la urgencia de anular la soledad que me consume y me sorprendo a mi mismo intentando quedar para tomar una copa y charlar con gente que no conozco y que no he visto en mi vida y me doy cuenta de que soy yo el que no se conoce y no se ha visto en toda su vida.
Esta forma de actuar hace que tenga muchos más fracasos que éxitos y hace que me hunda más y más en la soledad y su terror.
Mis fines de semana son un infierno,esos días de descanso y de felicidad de la gente son para mí un tormento y me hacen añorar la semana agotadora de trabajo que he tenido y que a pesar de todo no quiero que se acabe por que es mi única válvula de escape.Es lo único que me acompaña siempre.
Sé que ésto cambiará,sé que quiero creer que esto cambiará pero mientras sucede seguiré añorando mi soledad infantil cuando estaba solo y no me daba cuenta.

viernes, septiembre 15, 2006

Buenas tardes chicos y chicas...bueno chicas y...chico.

Hoy he venido a contaros un cuento acerca de un enanito verde que vive en un bosque azul......

(Mirando hacia la puerta).¡Qué veo!.Tenemos visita. Pasa, pasa.

(Mirando al público).Supongo que vosotros no lo podéis ver pero ha venido a escuchar nuestra historia Adalberto.

(Empujón).(Risas).Vale, vale.

No quiere que se le llame por su verdadero nombre, no le gusta, prefiere que se lo conozca como “el fantasma del Miriñaque”.¿Queréis oír su historia?.

(Mirando al fantasma).¿Qué te parece?.

(Mirando al público).Siendo la historia de un fantasma tal vez esperéis algo emocionante, misterioso o simplemente aterrador. Pero no es así, la de Adal...este fantasma, no es gran cosa, pero si estáis dispuestos a escucharme os la contaré.

(Empujón y ademán de escuchar)Si, si, se lo diré.

(Al público)Quiere que sepáis que está muy contento de que ahora ésto sea una escuela de teatro. Se divierte mucho aquí.

Antes de vosotros ha pasado momentos verdaderamente aburridos. Esto era un almacén donde un hombre guardaba sus cosas y el pobre fantasma(señalándolo)se desesperaba encerrado totalmente solo entre estas cuatro paredes. Bueno...se hubiera muerto de aburrimiento si hubiera estado vivo.

Esos años fueron muy malos para él ...aunque no fueron los peores...un salón de belleza...bueno...una peluquería... lamentable...puede haber peor castigo...condenado a escuchar los chismorreos de viejas sobre personas que no conocía ni llegaría a conocer nunca ’os recuerdo que atrapado aquí no podía ni asomarse a la calle’.

(Al fantasma)¿Qué era peor, escucharlas o no poder salir de este lugar?.

No, no me burlo de ti porque estés muerto y encerrado aquí, la vida ahí afuera tampoco es una maravilla.

(Al público)Está un poco triste por no poder contaros su historia él mismo y a la vez contento porque sepáis de su existencia. Son las contradicciones de un fantasma, condenado a la soledad no puede vivir sin la compañía de otras personas...(codazo).

(Risas)Es muy susceptible. Cada vez que se nombra la palabra vida o el verbo vivir se molesta.

(Mirando al fantasma)¡No entiendo porqué!.

¿Por dónde íbamos?...¡Ah si!. El momento que de verdad nos interesa.

Habéis de saber, chicas y...chico, que antes de ser un salón de belleza este local fue un salón recreativo.

(Señalando al fantasma) ¡Mirad cómo se le ha iluminado la cara cuando lo he comentado!.

Le encantaba este lugar, se pasaba aquí días enteros, llegó a dominar todos los juegos, dardos, billar, futbolín...todo...Era un maestro en cada uno de ellos. Llegó a manejarlos de tal manera que ya nadie quería jugar con él, por lo que...jugaba solo. Y allí se le iban las horas. Y pasó a convertirse en parte del mobiliario. No comía, no dormía...fue adelgazando y difuminándose poco a poco hasta que un día desapareció...así...sin más.

Nadie notó su ausencia, simplemente dejó de existir porque hacía ya tiempo que no existía para nadie y es bien sabido que cuando nadie se acuerda de ti es como si no existieras y eso fue exactamente lo que le sucedió a él (señalando al fantasma).

Desde entonces vive aquí, en este local, y aquí seguirá durante no se sabe cuanto tiempo. ¡Ni él mismo lo sabe!.

(Mirando al fantasma)¿Tienes algo más que añadir?. ¿No?.

(Mirando al público). Ya os dije que no era una clásica historia de fantasmas.

(Mirando al fantasma). Ven. Acércate más y saluda, ahora ya hay mas gente que conoce tu existencia.

(Me retiro y dejo toda la escena al fantasma).

Buenas tardes chicos y chicas...bueno chicas y...chico.

Hoy he venido a contaros un cuento acerca de un enanito verde que vive en un bosque azul......

(Mirando hacia la puerta).¡Qué veo!.Tenemos visita. Pasa, pasa.

(Mirando al público).Supongo que vosotros no lo podéis ver pero ha venido a escuchar nuestra historia Adalberto.

(Empujón).(Risas).Vale, vale.

No quiere que se le llame por su verdadero nombre, no le gusta, prefiere que se lo conozca como “el fantasma del Miriñaque”.¿Queréis oír su historia?.

(Mirando al fantasma).¿Qué te parece?.

(Mirando al público).Siendo la historia de un fantasma tal vez esperéis algo emocionante, misterioso o simplemente aterrador. Pero no es así, la de Adal...este fantasma, no es gran cosa, pero si estáis dispuestos a escucharme os la contaré.

(Empujón y ademán de escuchar)Si, si, se lo diré.

(Al público)Quiere que sepáis que está muy contento de que ahora ésto sea una escuela de teatro. Se divierte mucho aquí.

Antes de vosotros ha pasado momentos verdaderamente aburridos. Esto era un almacén donde un hombre guardaba sus cosas y el pobre fantasma(señalándolo)se desesperaba encerrado totalmente solo entre estas cuatro paredes. Bueno...se hubiera muerto de aburrimiento si hubiera estado vivo.

Esos años fueron muy malos para él ...aunque no fueron los peores...un salón de belleza...bueno...una peluquería... lamentable...puede haber peor castigo...condenado a escuchar los chismorreos de viejas sobre personas que no conocía ni llegaría a conocer nunca ’os recuerdo que atrapado aquí no podía ni asomarse a la calle’.

(Al fantasma)¿Qué era peor, escucharlas o no poder salir de este lugar?.

No, no me burlo de ti porque estés muerto y encerrado aquí, la vida ahí afuera tampoco es una maravilla.

(Al público)Está un poco triste por no poder contaros su historia él mismo y a la vez contento porque sepáis de su existencia. Son las contradicciones de un fantasma, condenado a la soledad no puede vivir sin la compañía de otras personas...(codazo).

(Risas)Es muy susceptible. Cada vez que se nombra la palabra vida o el verbo vivir se molesta.

(Mirando al fantasma)¡No entiendo porqué!.

¿Por dónde íbamos?...¡Ah si!. El momento que de verdad nos interesa.

Habéis de saber, chicas y...chico, que antes de ser un salón de belleza este local fue un salón recreativo.

(Señalando al fantasma) ¡Mirad cómo se le ha iluminado la cara cuando lo he comentado!.

Le encantaba este lugar, se pasaba aquí días enteros, llegó a dominar todos los juegos, dardos, billar, futbolín...todo...Era un maestro en cada uno de ellos. Llegó a manejarlos de tal manera que ya nadie quería jugar con él, por lo que...jugaba solo. Y allí se le iban las horas. Y pasó a convertirse en parte del mobiliario. No comía, no dormía...fue adelgazando y difuminándose poco a poco hasta que un día desapareció...así...sin más.

Nadie notó su ausencia, simplemente dejó de existir porque hacía ya tiempo que no existía para nadie y es bien sabido que cuando nadie se acuerda de ti es como si no existieras y eso fue exactamente lo que le sucedió a él (señalando al fantasma).

Desde entonces vive aquí, en este local, y aquí seguirá durante no se sabe cuanto tiempo. ¡Ni él mismo lo sabe!.

(Mirando al fantasma)¿Tienes algo más que añadir?. ¿No?.

(Mirando al público). Ya os dije que no era una clásica historia de fantasmas.

(Mirando al fantasma). Ven. Acércate más y saluda, ahora ya hay mas gente que conoce tu existencia.

(Me retiro y dejo toda la escena al fantasma).